Cita Bíblica: Nehemías 9:9-15
Introducción: Luego de la redención de Israel, de las garras del Faraón y Egipto, por la poderosa mano de Dios, se podría pensar que lo que quedaba por delante era un camino llano y sin espinas. Sin embargo, Dios sabía que esto no era lo mejor para su amado Pueblo.
¿Quién quiere ir por un camino de zarzas y espinos cuando tiene como alternativa un sendero despejado y rodeado de flores? Sin embargo, Dios sabe cuando un sendero de zarzas y espinos es mejor para nosotros que uno despejado y hermoso.
Israel libre y rumbo a la Tierra Prometida: ¿un camino corto o un camino largo? ¿Un camino despejado y fresco o un camino de arena y con obstáculos?
De una cosa podían estar siempre seguros los hebreos, y esa era, que el camino lo guiaba el Dios de amor y poder que los había sacado de la tierra de Egipto.
¿Te ha parecido alguna vez que tu camino, tu ruta por la vida, es demasiado difícil, que has tenido demasiados obstáculos?
Te invito a considerar tus aprensiones a la luz que nos proporcionan las Sagradas Escrituras:
I. CAMINO CORTO Y SIN OBSTÁCULOS
II. UN CAMINO LARGO Y CON OBSTÁCULOS
III. CONSIDERANDO MI CAMINO
Conclusión: No le temas a los caminos largos y complicados si es el Señor el que te guía. El largo y complejidad del camino para llegar a una meta establecida por el cielo, está condicionado por la perspectiva y sabiduría divina.
Es posible que el Señor presente un largo camino a uno y un corto camino a otro, para llegar al mismo lugar. Las razones son, fundamentalmente, de orden personal. No todos aprendemos igual de rápido, no todos tenemos las mismas experiencias previas, no todos tenemos el mismo temperamento, no todos estamos sometidos a los mismos peligros, no todos tenemos las mismas misiones, no todos reaccionamos igual ante la adversidad o la dicha, etc.
“Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.” Salmo 17:5