Caminar con dicha, parte I

Muy apreciados hermanos:

¡Qué maravilla! Hemos sido rescatados y hechos hijos de un Dios en quien no existe el engaño. Como hijos que deben honrar a su padre y a su nueva condición, también nosotros debemos ser consecuentes con la verdad y renunciar a toda mentira. Por ello, un cristiano es, pues, un amante de la verdad, que se identifica con las palabras del compositor sagrado cuando dice:

Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.

Salmos 119: 30

El Señor nos ayude a ser consecuentes y constantes en un siglo en el que tropezamos con la mentira a cada paso.

El Señor bendiga vuestra semana.


Lectura Bíblica

Salmos 84: 4-7.

Introducción

El término traducido como «bienaventurado» significa: afortunado, dichoso, que tiene dicha, que es feliz; por lo tanto, una bienaventuranza trata de algo que es capaz de producir satisfacción, dicha o felicidad a una persona. Un ser bienaventurado es una persona dichosa, una persona feliz.

La Biblia habla mucho de la felicidad y de cómo y quiénes la pueden llegar a obtener.

Cuando decimos: «Bienaventuranzas», ¿en qué piensa usted? Es muy probable que vengan a su mente, en forma automática, las nueve bienaventuranzas que el Señor Jesús pronunciara secuencialmente y que se encuentran en el Evangelio de Mateo, capítulo 5, entre los versos 3 al 12.

Sin embargo, esas bienaventuranzas son solo algunas de muchas que encontramos distribuidas a través de toda la Biblia. Hoy quiero invitarle a considerar algunas de ellas, pues constituyen una gran fuente de salud y vigor para el alma de un creyente.

Las Escrituras nos dicen que es bienaventurado o dichoso:

  1. El que ha sido perdonado por Dios (Salmos 32: 1-2).
  2. El que confía en Dios (Salmos 40: 3-5).
  3. El que sigue el buen consejo (Salmos 1: 1-2).
  4. El que soportó y venció la tentación (Santiago 1: 12).
  5. El hombre que es corregido por Dios (Salmos 94: 12-13).

Conclusión

El andar en y con Cristo, aunque implique contrariedades e incomprensiones por parte del mundo, es un andar que permite avanzar de bienaventuranza en bienaventuranza, las cuales están reservadas solo para aquellos que se las apropian.

Mi invitación es que no tardemos en buscarlas y procurar sacar la mayor dicha y motivación de tan estimulantes promesas.

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.

Salmos 112: 1

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

8 de julio de 2023