Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
Efesios 5: 8
Cita Bíblica: Efesios 5:1-20
Introducción
Cuando el apóstol Pablo escribió esta carta a la iglesia de Éfeso, en el año 61 después de Cristo, lo estaba haciendo a un mundo plagado de superstición, paganismo, espiritismo y prácticas abominables. La iglesia de Éfeso estaba compuesta por personas que venían de una cultura oscurantista y diabólica. Con el pasar de los años, en el día de hoy, 1953 años después, la situación en la que nos encontramos insertos ha vuelto a ser la misma. Hoy, 17 de agosto de 2014, el oscurantismo espiritual nos vuelve a rodear, cual densa nube mortecina, como si el tiempo no hubiera pasado. No obstante, si existen dos diferencias en el día de hoy: Primero, que el mundo a conocido (considerando la fecha de la epístola) más de 1953 años de luz y verdad por lo que es infinitamente más responsable que en los tiempos de Pablo, y por lo tanto, más culpable. Segundo, que los cristianos, es decir, los portadores de la luz y guardianes de la fe, están, en su mayoría, dormidos mientras la contaminación penetra por todas partes a los hogares y, por medio de ellos, a las iglesias locales.
Es de vital importancia que desde todos los púlpitos así como desde todos los devocionales familiares, se activen las alarmas y despierten a los que son llamados a velar. Al respecto, les invito a acompañarme a trazar algunas de las ricas porciones de la carta a los Efesios que apuntan a este objetivo:
- NO DAR LUGAR AL DIABLO «Ni deis lugar al diablo» Efesios 4:27
- CUIDARSE DEL ENGAÑO SUTIL «Nadie os engañe con palabras vanas,…» Efesios 5:6
- BUSCAR LO QUE ALEGRA AL SEÑOR «comprobando lo que es agradable al Señor.» Efesios 5:10
- Evitando radicalmente aquello que lo molesta.
- Haciendo lo que le agrada.
Conclusión
Desde el momento en que yo tomo algo (robo algo) a otro, ese otro adquiere derechos sobre mí y tiene poder para acusarme públicamente, llevarme ante la ley y exigir cargas sobre mi persona. Cuando tomo lo que es del Diablo, éste también adquiere ciertos derechos sobre mí, me puede acusar públicamente, quitar el honor e incluso llevarme ante la justicia. Conjuntamente, perderé la paz, el gozo, la armonía con mis hermanos, y posiblemente, hasta la salud. La exhortación de hoy es a soltar, ahora mismo, toda contaminación y poner nuestras manos delante de los ojos del Señor para que sea limpiándolas, y con ello, recuperemos la plena y maravillosa comunión con nuestro sublime Padre.
para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
2ª Corintios 2:11