Cita Bíblica: 2° Pedro 3:1-15
Introducción.
La dispensación actual es conocida con tres nombres, conforme al tema en el cual se ponga el énfasis: Dispensación de la Gracia, Dispensación de la Iglesia y Dispensación del Espíritu Santo. Sin embargo, hay otro nombre con el que también la podríamos llamar: Dispensación de la Paciencia.
¿Ha pensado alguna vez qué tan grande es la paciencia del Señor?
Desde los tiempos más remotos, la paciencia de Dios se manifiesta en forma incomprensible; paciencia que nos muestra a un Dios de inmenso amor; paciencia, que, no obstante, tiene un fin.
Les quiero invitar a navegar por las páginas de las Sagradas Escrituras, buscando algunos episodios que nos hablan de esta gran paciencia y también, de nuestra responsabilidad asociada a ella.
1. LA PACIENCIA CON EL HOMBRE DEL MUNDO ANTIGUO
2. LA PACIENCIA CON ISRAEL
3. LA PACIENCIA CON EL HOMBRE DE HOY
4. LA PACIENCIA CON MI PERSONA
Conclusión.
La paciencia y la misericordia de Dios son en extremo grandes, las cuales solo son concebibles, al considerar el amor y la gracia de Dios.
Dios, en su paciencia, espera el arrepentimiento del ser humano para poder salvarlo. Dios aun quiere perdonar, especialmente en esta dispensación, ya que es la dispensación del “año agradable del Señor”; es el tiempo de la “sublime gracia”.
Pero, la paciencia de Dios tiene un límite, y se encuentra profetizado que el fin de la paciencia llegará. Pregunto a cada creyente: ¿Qué espera para cumplir con la misión que le ha sido encomendada para realizar durante esta dispensación?
En la medida que transcurra el tiempo, la responsabilidad de la iglesia local aumenta, porque es la paciencia de quien es su cabeza, la que la mantiene aquí para que cumpla su excelsa misión. ¡Cómo nos atrevemos a matar el tiempo, cuando Dios lo está estirando para beneficio del incrédulo y bendición de la Iglesia!