Lectura Bíblica
Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Lucas 23: 26-43
Introducción
Un día viernes de hace dos mil años atrás, tres hombres procesados son llevados por guardias romanos hasta el monte de la Calavera con el fin de ser crucificados; tres hombres que habían vivido bajo el sol de Israel, parecidos ante los ojos de un observador extranjero.
Estos tres varones iban a ser ejecutados por medio de la larga y tormentosa crucifixión. Un crucificado duraba entre cuatro a seis días colgado antes de morir.
Sin embargo, aquí terminan los parecidos, pues en realidad estaban a punto de vivir experiencias muy distintas e inimaginables.
Sus cuerpos, dentro de poco colgarían muertos de tres cruces, no obstante, sus destinos serían muy diferentes.
Veamos a cada uno de estos hombres.
- Un delincuente que jamás cambió.
- Un delincuente que cambió.
- Cristo.
Conclusión
Lo increíble del caso es que cada ladrón estaba pagando su deuda con la sociedad y Cristo estaba pagando la deuda de los dos ante Dios, sin haber él cometido falta.
La diferencia es que la cancelación de la deuda de uno de los ladrones se hizo efectiva, la otra se pagó también pero él nunca hizo efectivo el pago.
¿Hacia dónde irás cuando mueras? ¿Cuándo resucitarás tú?
¿Resucitarás para presentarte ante el Juez del Gran Trono Blanco?
¿Resucitarás el día en que el Señor venga por su Iglesia?
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53: 5