Un templo que mantener

Cita Bíblica: Esdras 7:1-10

Introducción: Con anterioridad vimos como un grupo de judíos regresó del destierro babilónico a Jerusalén, encabezados por Zorobabel. Su número era de 49.897 personas. En esta oportunidad consideraremos a un segundo grupo que, en el año 457 A.C., también retorna, esta vez encabezados por el sacerdote Esdras. Se nos informa que este segundo grupo se encontraba formado por 1.754 varones.

Notamos que este nuevo remanente es mucho más pequeño que el primero y arriba a Jerusalén, unos 60 años después de concluida la construcción del Templo. El emperador que los amparó fue Artajerjes.

¿Qué sucedió luego de haber concluido la construcción de la casa del Señor, el Templo en Jerusalén? ¿Qué ha ocurrido en estos 60 años? ¿Con que se encontró el entusiasmado Esdras al llegar a Jerusalén?

Vamos por parte, este segundo viaje comienza como:

I. UNA CRUZADA DE AMOR Esdras 7:1 – 8:36
A) Apoyo espiritual (Esdras 7:10).
B) Apoyo financiero (Esdras 8:25-27).
C) Apoyo político (Esdras 7:11-26).

II. UN INFORME DEVASTADOR Esdras 9:1-4
Al poco de llegar Esdras recibe noticias muy tristes.

III. UN CLAMOR SINCERO Esdras 9:5-15
Esto lleva a Esdras a una conmovedora oración de confesión.

IV. UNA SOLUCIÓN EFECTIVA, AUNQUE DOLOROSA Esdras 10:1-44
Finalmente, vemos que el corazón del pueblo es contristado y se someten a las reformas necesarias para que Dios fuera glorificado.

Conclusión: Cuando recibimos a Cristo como nuestro salvador, el transforma nuestro cuerpo en un templo santo y consagrado a su servicio. Sin embargo, es común descubrir que cuando pasa el tiempo, muchas veces olvidamos esta condición y las palabras del apóstol Pablo “no sois vuestros” (1ªCo.6:19), son llevadas por el viento. Luego, los ídolos comienzan a adornar este lugar comprado y separado para Cristo.

Por lo anteriormente considerado, resulta importante revisar periódicamente, no sólo el estado en que se encuentra el edificio del templo, sino que también: cuáles son sus adornos, cuanto polvo se ha acumulado en su santuario, que tipo de incienso se eleva desde su altar, que se enseña en sus atrios, etc. El estado y uso del templo lo dice todo: ¿Cómo está el suyo? ¿Es tiempo de arrepentimiento y clamor? ¿Es tiempo de reformas? ¿Es tiempo de limpieza?

¿Es tu templo un lugar de santidad, oración y alabanzas al Señor?

“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” 1ª Corintios 6:20

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

21 de febrero de 2016

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