Un lenguaje extraño

«Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.

Hechos 17: 23

Cita Bíblica: Hechos 17:16-32

Introducción

Los atenienses, al escuchar al apóstol Pablo, le dijeron: «… traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.» (Hechos 17:20). El concepto de «misiones», implica llevar a los oídos del mundo «cosas extrañas», las cuales no son necesariamente desconocidas, pero sí, no comprendidas, no iluminadas, no adoptadas, no incorporadas. De alguna u otra forma son «cosas extrañas», como le dijeron los atenienses a Pablo.

David Livingston llevó a los oídos de los africanos «cosas extrañas»; Guillermo Carey, llevó a los oídos de los indios «cosas extrañas»; Hudson Taylor, llevó a los oídos de los chinos «cosas extrañas». Estos hombres hablaron de amor, misericordia, arrepentimiento, perdón, y de un redentor que murió y resucitó por ellos para quitar todos sus pecados. Este es un conjunto de conceptos muy extraños para las naciones paganas. No obstante, ¿no es acaso también un lenguaje extraño para millares de personas del mundo occidental cristianizado?

Hay, al menos, tres cosas que para todo inconverso, llámese: musulmán, hindú, budista, confucionista, taoísta, agnóstico, naturalista o cristiano nominal, resultan «cosas extrañas» a sus oídos. Estas son:

  1. El arrepentimiento (Hechos 17:30)
    1. Descubrir el pecado en la vida.
    2. Arrepentirse.
    3. Pedir el perdón de Dios.
    4. Pedir el perdón del prójimo ofendido.
  2. La condenación eterna (Hechos 17:31)
  3. La resurrección del Señor (Hechos 17:31)

Conclusión

Más que asociar las misiones con grupos lejanos de paganos no evangelizados, hoy tenemos que incluir a toda una civilización precristiana muy dañada por la apostasía de muchos, a los que hay que llevar, una vez más, el evangelio de salvación. Ellos nos rodean, son nuestros vecinos, parientes y compañeros de trabajo, y están tan necesitados como el budista más perdido. A sus oídos debemos llevar este mensaje con «cosas extrañas» que hablan de arrepentimiento, condenación y salvación eterna en Cristo Jesús.

Predicador

Rodrigo Cartagena Armijo

Fecha

18 de mayo de 2014

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