Perseguidos, pero no callados

Cita Bíblica: Hechos 8:4-14

Introducción.

El libro de Los Hechos nos cuenta parte de lo que fueron los primeros años de la Iglesia. La narración va desde el nacimiento de la Iglesia hasta la predicación de Pablo en Roma, pasando por la Ascensión de Cristo y el acontecimiento que marca, de gran manera, la importancia de este libro, me refiero a la venida del Espíritu Santo.

Los Hechos es el único libro inspirado que narra la historia de la Iglesia, sin él sería imposible conocer los acontecimientos de sus primeros años de existencia. En este libro nos encontramos con el relato de la oposición que la Iglesia enfrento y venció, los problemas que encontró y como los resolvió, y sobre todo, la historia de esos grandes creyentes que comprobaron como la gracia divina fue otorgada y poderosamente manifestada en sus vidas.

La porción leída nos muestra parte de lo que fue esa historia y las dificultades que encontraron los primeros miembros de la Iglesia; nos relata de una realidad que, en gran medida, persiste hasta el día de hoy. Vemos con mucha claridad lo que fue una de las primeras persecuciones.

I. UNA IGLESIA PERSEGUIDA
II. UNA IGLESIA ACTIVA
III. UNA CIUDAD BENDECIDA

Conclusión.

Cristo, sin duda alguna, es la razón de porque nos congregamos, es la razón de por qué y para quien vivimos, él nos ha llamado a ser parte de esta maravillosa institución, Su Iglesia, y nos ha entregado un hermoso y tremendo privilegio, el de predicar su palabra a todo el mundo.

En la lectura de hoy observamos como una iglesia perseguida fue capaz de sortear toda clase de dificultades y llevar la palabra a Samaria. Vemos como fueron capaces al depender totalmente de Dios, como confiaron en Él y llevaron a cabo la labor. Nada podemos lograr si no entendemos que Cristo, además de nuestro Salvador, es nuestro Señor, y nada podemos lograr separados de él. Ellos fueron perseguidos, pero por ningún motivo silenciados.

Qué maravilloso es llevar bendiciones y gozo, y nosotros somos llamados a experimentar diariamente, de ese maravilloso privilegio. No hay más grande honor en el mundo que servir a Cristo.

¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Romanos 10:15

Predicador

Hermano Julio Salvador Álamo

Fecha

30 de abril de 2017

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