La mente liberada

Pasaje bíblico: Jeremías 17:7-10

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Jeremías 17:9

Introducción

La mente, uno de los componentes más complejo y fascinante del ser humano. Tan estudiada, tan manipulada, tan importante, protagonista intrínseca de todo el quehacer humano y, al mismo tiempo, tan desconocida para la ciencia y para nosotros mismos.

Hoy, como nunca antes, miles de personas se encuentran trabajando para entrar en ella y hacer su voluntad con las personas: filósofos, cantantes y músicos; Hollywood y sus productos; articulistas y escritores; publicistas y artistas, entre otros.

La mente es un lugar al cual muchos quieren acceder para vender sus ideas personales o colectivas. Sin embargo, a pesar de ser tan delicada e importante, es uno de los lugares menos cuidado de nuestro ser. Es impresionante comprobar cuánta contaminación, más peligrosa que el bacilo de la tuberculosis, está entrando diariamente en nuestra mente y en la de nuestros familiares cercanos. Les invito a considerar este importante tema a la luz de las Escrituras.

  1. Mente y pensamientos
    1. La mente y la vida espiritual.
    2. Los pensamientos de hoy serán las acciones de mañana.
  2. La mente debe ser administrada
    1. Examinándola.
    2. Limpiándola.
      1. Eliminando lo que está contaminando.
      2. Evitando que siga ingresando lo que contamina.
      3. Aprendiendo a discernir.
        1. Llenándola con la Palabra de Dios.
        2. Haciendo uso de la provisión hecha por Cristo en la Cruz.
        3. Colocándola bajo la administración del Espíritu Santo.
  3. El resultado de una buena administración de la mente

Conclusión

¿Por qué administrar mi mente? Porque la mente está íntimamente relacionada con toda nuestra vida moral y, más aún, espiritual. Todo lo que concierne al desarrollo y crecimiento cristiano pasa por este tema. Requerimos en forma urgente llevar a efecto una buena administración de la mente. ¿Cómo se puede hacer esto?

Primero que nada, dejando que Dios escudriñe profundamente nuestra mente para detectar cualquier contaminante que nos esté dañando. Luego, mantener un aseo constante de ella: 1) Eliminando la suciedad; 2) Evitando que sigan entrando contaminantes; 3) Aprendiendo a discernir. Simultáneamente: 1) Llenándola con la Palabra de Dios; 2) Haciendo uso de la provisión dejada por Cristo; 3) Colocándola bajo la administración del Espíritu Santo.

Como resultado de este diario trabajo se cortan amarras invisibles y con ello es posible ver el fruto del Espíritu manifestado en la vida.

Predicador

Rodrigo Cartagena Armijo

Fecha

23 de febrero de 2014

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