El milagro que yo necesito

Introducción

La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén fue sin duda algo magnífico, la gente aclamaba al Señor y parecía que el reconocimiento que el pueblo hacía de su Mesías iba a ser estable y duradero. No obstante, a los pocos días las voces cambiaron y los vítores se convirtieron en voces de muerte.

¿Qué sucedió? o mejor planteado ¿Qué era lo que esperaba la gente del Señor?

Por una parte ansiaban la independencia de Roma, por otra parte, esperaban mucho pan gratuito, anhelaban la sanidad de todos sus males físicos, posiblemente, la resurrección de los muertos, un sistema político ideal y otros beneficios.

No entendían las Escrituras ni el plan de Dios para sus propias vidas. Ellos veían a Jesús como el todopoderoso hacedor de milagros, solucionador de todos los problemas. A la mayoría lo que le interesaba era el poder de Jesús, su capacidad para realizar maravillas o milagros, su capacidad para enfrentar y vencer. No les interesaba el Jesús Salvador, el Jesús que podía redimirlos de todas las ataduras provocadas por el pecado.

Jesús mismo recrimina a muchos de sus seguidores diciéndoles: “…me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” Juan 6:26b

Una de las razones por las que Jesús es muy solicitado en el día de hoy, es la misma por la que fue muy solicitado y bien recibido en Jerusalén el día de su entrada triunfal, y esa razón es: su capacidad ilimitada para hacer milagros y sacar a la gente de sus problemas diarios.

Hoy les invito a considerar una de las características que Jesús, como Dios, tiene y manifestó durante su encarnación, esa es la de ser omnipotente, es decir no tener limitaciones en cuanto a su poder. Esto se traduce en su capacidad ilimitada para realizar milagros.

Escudriñemos este importante tema, especialmente vinculándolo con nuestra propia necesidad de un milagro.

  1. Los milagros
  2. Los milagros del señor Jesús
  3. Los milagros dan una lección didáctica de doctrina
  4. El milagro que cada uno necesita

Conclusión

¿Cuál es el milagro que necesitas en tu vida para ser totalmente libre del pecado? ¿Quiere el Señor realizar ese milagro? Si sabes que es su voluntad realizarlo ¿Por qué todavía no se efectúa ese milagro? ¿Será porque hay incredulidad? Si es así, ¿Por qué esa incredulidad?

Un día llegaste a los pies de Jesús, arrepentido y reconociéndole como tu Salvador. Te invito a que hoy doblegues tu corazón y te presentes ante ese mismo Señor, pidiéndole que realice el milagro que tanto necesitas y que, hasta ahora, no le has permitido realizar en ti.

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

13 de abril de 2014

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