Conociendo A Dios

Cita Bíblica: Jeremías 9:23-26

Introducción.

La lectura de hoy nos lleva a los últimos años de la monarquía de Israel. Jeremías comenzó su ministerio profético cuando reinaba en Jerusalén el rey Manasés (650 A.C.), Jeremías habló en duros términos a reyes, profetas y sacerdotes. Los cuatro reyes que reinaron después de Josías, hicieron lo malo delante de los ojos de Jehová. La Biblia nos dice que todos ellos tenían en común el culto a falsos dioses.

Dios había dado a Judá muchas oportunidades para que se arrepintiera, pero ellos continuaron siendo rebeldes manteniéndose en el paganismo. El juicio de Dios era inminente y el pueblo estaba ahora sin esperanza. La reacción de Jeremías a este destino trágico de Judá era de tristeza y desesperación. Se sentía quebrantado por su destrucción.

Los versículos 23 y 24 expresan la respuesta que Dios esperaba del pueblo cuando todavía había oportunidad de arrepentimiento. Posteriormente, en los versículos 25 y 26, Dios anuncia un juicio contra Israel y las naciones, porque Judá es incircuncisa de corazón. Esto último, también para hoy tiene un carácter escatológico.

Hoy, en esta Dispensación de la Gracia, Dios, en ejercicio de su infinita misericordia, está dando a todos los no creyentes una última oportunidad para que se arrepientan y se vuelvan a Cristo, el Salvador que los rescatará del pecado y que los justificará.

I. LA VANIDAD HUMANA
II. LA IDOLATRÍA
III. BUSCAR A DIOS
IV. CONOCIMIENTO DE DIOS
V. REVELACIÓN E ILUMINACIÓN

Conclusión.

Cuando los hombres de Israel pudieron entender que los juicios de Dios vendrían y que eran inevitables, se quisieron refugiar en la sabiduría de sus expertos, en la valentía de sus guerreros y en la riqueza de sus nobles. Pensaban que con esas cosas su cuidad resultaría invencible e inconquistable. Pero, en respuesta de esto, Dios mismo les dejó ver su insensatez al confiar en tales cosas, y no preocuparse de que no estaban bien con el Dios del pacto. Es la necedad del hombre caído.

En lo único que el hombre puede alabarse es en conocer a Dios e imitarle.

Busquemos el conocimiento, busquemos la revelación bíblica así como la luz para comprenderla y aplicarla, andemos en la experimentación trabajando para el Señor. Animémonos y avancemos. Dios está de nuestra parte, el anhelo del Señor es que no seamos cristianos teóricos solamente, sino cristianos que caminemos en la luz de nuestro Dios, y seamos a su vez luz para el mundo.

Predicador

Hermano José Trejo Larenas

Fecha

15 de octubre de 2017

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