Como un niño logró comprender la obra de Cristo en su favor.

En mi niñez mi mamá trató muchas veces de hacerme comprender que Jesús murió por mí, pero nunca pude comprender cómo una persona pudiera morir por otra, hasta un día en que me ocurrió una aventura con una abeja enfurecida.

Ese día estaba jugando solo en el patio de nuestra casa y, de repente una abeja comenzó a zumbar alrededor de mi cabeza, con evidente intención de picarme. Traté de alejarla de mí, pero al parecer eso la enfureció más y, con mayor insistencia, se me venía encima. Desesperado corrí hacia donde estaba mi mamá, siempre perseguido por la abeja. Al llegar al lado de mi madre, ésta se dio cuenta inmediatamente de la intención de la abeja y quitándose de encima su pañoleta me envolvió en ella, pero en su afán de librarme a mi del dolor que me esperaba, si la abeja lograba picarme, se quedó con los brazos descubiertos y la enfurecida abeja le clavó su lanceta a ella.

Al ver cómo mi mamá se había expuesto al peligro y había sufrido el dolor por mí, me dio mucha pena, y me conmovió muchísimo cuando me dijo:

“No tienes nada que temer ahora, porque el aguijón que quiso clavar en ti lo ha dejado clavado en mi brazo”.

Después de eso me explicó cómo ese incidente, podía ayudarme a entender la obra realizada por el Señor Jesucristo. Al morir Jesús sobre el madero tomó sobre él el castigo que merece el pecador por sus pecados, el aguijón de muerte se clavó en él y, ahora, en cambio, por los méritos de esa obra de amor, Dios nos da nueva vida.

No bien hube comprendido el valor y la realidad de la obra propiciatoria de Jesús, no vacilé ni un instante en tomar una decisión acerca de cuál debía ser mi actitud para con él; le acepté como mi Salvador, tal como mi mamá me lo había explicado antes, y al ver el brazo hinchado de mi mamá comprendí también el dolor y la agonía que padeció Jesús para redimirme. Acepté pues a Jesús como mi Salvador y a partir de ese momento sé que soy salvado ahora y por la eternidad.”

“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada dual se apartó por su camino, mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” Isaías 53:6.

Bas.“C.Q.S.C.”

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

20 de marzo de 2016

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