Cita Bíblica: 2ª Tesalonicenses 2:13-17
Introducción.
Una constante preocupación del apóstol Pablo fue que los creyentes conocieran y guardaran la doctrina correcta, la doctrina conforme a ciencia. Esta preocupación, muy justificada, la vemos también en los apóstoles Juan y Pedro, así como en Santiago y Judas. Antes de ellos, encontramos la misma inquietud en el Señor Jesucristo, quien advierte a sus discípulos que no se contaminen con doctrinas incorrectas.
Este retener la doctrina aprendida, como lo expresa el Apóstol, implica, conocer y aplicar la sana enseñanza, así como rechazar enfáticamente, la mala.
Respecto a la importancia y cuidado de la sana doctrina, el Espíritu Santo nos instruye abundantemente; les invito a escudriñar las Escrituras en búsqueda de esa santa instrucción.
- LA IMPORTANCIA DE LA DOCTRINA INSPIRADA POR DIOS. En ella:
- Se encuentra la salvación.
- Es posible el crecimiento y el perfeccionamiento del creyente.
- Hay dirección para la vida cristiana y la Iglesia.
- Encontramos el plan de Dios para el hombre y la historia.
- ORIGEN DE LA DOCTRINA CORRECTA
- SE NOS INSTA A RETENERLA Y A PERSEVERAR EN ELLA
- ES INDISPENSABLE PARA DISCERNIR ENTRE EL ERROR Y LA VERDAD. La sana doctrina:
- Nos libra del error.
- Evita que seamos reprendidos.
- Permite corregir a quienes se encuentran en la oscuridad.
- Permite identificar y rechazar a quienes intentan introducir falsas doctrinas.
- COMO EVITAR CAER EN ERRORES AL INTERPRETAR LA BIBLIA. Debemos atenernos a los siguientes principios:
- Asumir que el lenguaje bíblico es literal.
- La Biblia interpreta a la Biblia.
- Sus páginas se encuentran repletas de aplicaciones para la vida del creyente.
- Se debe escudriñar en forma personal.
Conclusión.
Como decíamos al principio, la doctrina no solo es importante, sino que fundamental. La doctrina, es decir, todo lo que Dios nos enseña, por medio de la Biblia, es de vital importancia para pensar y actuar conforme a la voluntad divina; por ello se nos insta de manera enfática:
Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
2ª Tesalonisenses 2:15