Cita Bíblica: Salmo 119:1-8
Introducción.
Al iniciar este nuevo año de meditaciones, siento que una buena de manera de hacerlo, es meditando en dos bienaventuranzas, dos motivos de dicha, dos motivos de felicidad que se encuentran en el Salmo ciento diecinueve verso uno.
Cuán apropiado es este Salmo, en tiempos en los que se trata de relativizarlo todo; poner en duda la vigencia de la voluntad de Dios, tan claramente expresada en Su Palabra, y desvirtuar los valores eternos.
Comienza este cántico con dos bienaventuranzas para los que buscan vivir en la voluntad de Dios.
I. DOS BIENAVENTURANZAS (vs. 1 y 2)
II. RAZONES PARA LAS BIENAVENTURANZAS (v.3)
III. UN ENCARGO DIVINO Y UN DESEO HUMANO (vs.4 y 5)
IV. DOS CONSECUENCIAS DE GUARDAR LA VOLUNTAD DIVINA (vs. 6 y 7)
V. CONCLUSIÓN DEL POETA (8)
Conclusión.
La epístola a los Romanos, en el capítulo doce verso dos nos enseña que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Es una voluntad que siempre quiere lo mejor para nosotros. Entonces; ¿por qué solemos ser renuentes en buscarla y, más aún, acatarla? Que nuestro Señor nos ayude a estar prontos para buscarla y gratamente dispuestos para realizarla.
Les invito a disfrutar de las bienaventuranzas del buscador de la voluntad del Señor.
“… para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2