El oro en el crisol, parte II

Queridos hermanos:

El apóstol Pedro hace referencia a la gracia de Dios como: «la multiforme gracia de Dios.» (1ª Pedro 4: 10b). El término «multiforme» es la traducción de la palabra griega «poikilos», cuyo principal significado es: multicolor o de muchos colores; indicando en este caso que la gracia del Señor es múltiple y variada, que la vemos demostrada y aplicada de muchas maneras en nuestra vida. Seamos agradecidos por esa gracia manifestada por puro amor y de múltiples maneras en nuestro diario vivir.

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes



Lectura Bíblica

¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas!
¡Quién diese que se escribiesen en un libro;
Que con cincel de hierro y con plomo
Fuesen esculpidas en piedra para siempre!
Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

Job 19: 23-27

Introducción

Hemos estado meditando en la vida de Job, un hombre justo que es puesto en el crisol de la prueba, viviendo experiencias extremadamente duras.

La primera serie de pruebas implicó la pérdida de sus hijos, muchos criados, y una importante parte de sus bienes. Ante lo cual Job exclama: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.» (Job 1: 21).

Job pasó esta prueba reconociendo que todo proviene de Dios el cual es soberano sobre la creación incluyéndolo a él y todo lo que es. Además, su cercanía a Dios le hacía tener la certeza que adoraba a un Dios de amor y justicia, y que en su actuar no había «despropósito».

Luego viene una segunda serie de pruebas que implicó: una enfermedad que se caracterizaba por ser extremadamente molesta y humillante. También implicó el alejamiento afectivo y moral de su mujer, la cual llega a blasfemar y renegar de su marido y su fe; ante lo cual Job responde: «¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?» (Job 2: 10b).

Al final de la meditación concluimos que: en la vida de un creyente no existe el caos; Dios no deja su vida al azar, y menos en manos malignas; Dios sabe lo que le está pasando; y su justicia, que es inmutable, prevalecerá siempre, así como su perfecto amor. El permiso que puede dar Dios a Satanás para actuar sobre un creyente está basado en un plan que Dios tiene ya previsto y con el fin de edificar a ese creyente.

Ahora les invito a continuar reflexionando en la vida del gran Job.

  1. La tercera parte de la prueba (Job 2: 11 – 3: 1).
    1. La prueba del silencio.
    2. La prueba de la humillación, el rechazo y el abandono.
  2. La esperanza de Job (Job 19: 25-27).
    1. Un redentor vivo.
    2. Un árbitro.
  3. Los amigos de Job (Job 2: 11-13).
  4. La queja de Job (Job 3: 1-26).

Conclusión

Job es una persona con la cual es difícil no identificarse con alguna o varias de sus experiencias y reacciones ante la adversidad. Fue un varón de Dios que pasó por una amplia variedad de situaciones durísimas. El sufrió: la perdida de seres muy queridos, el distanciamiento de su esposa, la pérdida de la salud, el alejamiento de sus amigos, la pérdida de su autoridad y dignidad social y la pérdida de importantes bienes materiales. Con lo anterior, el Señor nos dice hoy que sabe de nuestras desilusiones, dolores, frustraciones y preocupaciones, estimulándonos a continuar, mirando y descansando en él que siempre quiere y tiene a nuestra disposición su amor y su poder.

Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

Job 19: 25-27

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

27 de julio de 2025