Cita Bíblica: Lucas 19:1-10
Introducción.
En el pasaje leído, Lucas, resalta a dos personajes, Cristo y un hombre llamado Zaqueo. Los acontecimientos relatados ocurren en la ciudad de Jericó. Se nos describe a Zaqueo como un hombre de baja estatura y con un oficio muy mal visto entre los Judíos, agravado, en este caso, por el hecho de que se trataba de un jefe de publicanos; además se agrega que era rico.
Los publicanos eran los encargados de cobrar los impuestos para el Imperio Romano, por lo general eran originarios del lugar donde ejercían su labor y dependían de un jefe romano, que por lo general, era el gobernador. Los funcionarios romanos encargados de esta tarea, tenían que pagarse a sí mismo, así que era habitual que exigían más de lo que tenían, legalmente que cobrar. A su vez, el publicano también cobraba sumas abusivas, que estaban por sobre la ley.
Los publicanos eran judíos y eran odiados por todas las clases sociales por lo abusivos que eran. Además hay que considerar que los judíos no podían aceptar que uno de ellos cobrara impuestos para un gobierno gentil. El publicano judío quedaba excluido de la sociedad de su país, era habitual que a sus amigos les sucediera lo mismo, eran repudiados y odiados por sus compatriotas.
El Señor les hizo saber muchas veces lo abusivos que eran y también les hizo ver la falta de valor moral de ellos, sin embargo, les abrió las puertas del Reino, y a uno de ellos le otorgo el honor de ser un apóstol. La bondad del Señor toco a muchos de ellos y algunos, arrepentidos, se bautizaron y fueron salvos. Veamos algunas cosas interesantes de la actitud de Zaqueo que nos dejan importantes lecciones para nosotros hoy.
I. SU BÚSQUEDA (Lucas 19:2-4)
II. SU ENCUENTRO (Lucas 19:5)
III. SU FE (Lucas 19:6)
IV. SU TESTIMONIO (Lucas 19:8)
Conclusión.
La conversión de Zaqueo nos deja grandes lecciones; en realidad su vida nos deja grandes lecciones. Vemos a un hombre venciendo todo tipo de dificultades para ir al encuentro del Señor y vemos las maravillas que el Salvador puede hacer por un pecador.
También vemos la preocupación de Cristo por las almas perdidas, y observamos como su gracia salvadora puede transformar esas almas; vemos como las puertas de la salvación están abiertas para todos, hasta el más perdido de los hombres.
En Zaqueo vemos esa fe transformadora; no hizo nada más que creer en Cristo; deposito la fe en ÉL. Esto nos enseña que solo la fe puede llevar a un hombre al Paraíso, sin ninguna parada más; solo la fe en Cristo, hace al hombre justo a los ojos de Dios.
Y por último, entre muchas cosas más, este pasaje nos enseña que los que experimentan el cambio en el corazón que produce Cristo, siempre darán a conocer su conversión, por los frutos que ese cambio produce.