Amados hermanos en la fe:
El salmista dijo: «Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos,» (Salmos 44: 7a).
Sin lugar a duda, y como se encuentra profetizado, las fuerzas de las tinieblas se están haciendo sentir cada día con mayor fuerza por todo el mundo. ¡Cuán cerca estamos de una tercera guerra mundial! ¡Cómo crece la apostasía por doquier! Sin embargo, debemos tener siempre presente que, si Dios no contuviera esas fuerzas del mal, ya estaríamos destruidos.
Por ello, demos gracias al Señor por no permitir que los representantes del mal puedan desplegar todos sus recursos destructivos; no obstante, no dejemos de orar para que, a estas fuerzas invisibles, también representadas en forma visible por hombres y mujeres controlados por Satanás, no se les permita hacer el daño que planifican mientras descansamos en la gran verdad expresada por David en el Salmo 145:
Jehová guarda a todos los que le aman, Mas destruirá a todos los impíos.
Salmos 145: 20
Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
Efesios 5: 15-20.
Introducción
Ya hemos considerado que, al recibir a Cristo como nuestro Salvador, tenemos desde ese momento al Espíritu Santo morando en nosotros, quien nos sella, se constituye en nuestras arras (parte I); y Paracleto que nos guía, enseña, transforma, consuela y también aboga por nosotros (parte II). Simultáneamente nos bautiza siendo inmersos para siempre en el Cuerpo de Cristo: La Iglesia.
Pero ¿qué significa ser llenos del Espíritu Santo? En Efesios 5, Pablo les dice a los hermanos: «Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;» (Efesios 5:17-19).
Lo primero que notamos es que no se nos ha dicho en forma imperativa que recibamos el Sello del Espíritu, ni se nos dice que recibamos al Paracleto; pero sí se nos dice que seamos llenos del Espíritu Santo.
Esto significa que se trata de algo en lo que nuestra actitud y voluntad son activas y es algo posterior a los primeros efectos del nuevo nacimiento.
Con la Biblia abierta vamos aclarando:
- Llenura del Espíritu Santo.
- Impedimentos para la «llenura».
- Hacia la «llenura».
- Cuidando la «llenura».
Conclusión
Por la gracia del Señor estamos comenzando un nuevo año y hoy el Señor nos recuerda su voluntad expresada por medio de una orden: «sed llenos del Espíritu». No es una sugerencia, no es su consejo, es una instrucción apremiante. Desobedecer es vivir una vida cristiana seca, frustrada y estancada. Por otra parte, la obediencia implica crecimiento, gozar del fruto del Espíritu, amar más a Cristo y su obra, vivir una vida expectante y abundante.
antes bien sed llenos del Espíritu,
Efesios 5: 18b