Cita Bíblica: Romanos 8:9-18
Introducción.
El domingo que pasó, consideramos lo que viene después de recibir en nuestro corazón al Señor Jesucristo, a saber: el crecimiento.
Pero, ¿es fácil crecer? ¿Es fácil realizar un devocional personal? ¿Es fácil descubrir y poner en práctica los dones que hemos recibido del Señor? La experiencia ha demostrado que, en realidad es muy difícil, pues tanto nuestra vieja naturaleza como el adversario, no quieren nuestro desarrollo espiritual. Dios sabe esto y por ello, él nos ha provisto de varios recursos para ayudarnos en esta importante tarea, pero, ¿estamos usando estos elementos divinos adecuadamente?
Hoy quiero invitarles a considerar uno de los grandes e indispensables recursos que tenemos para crecer. Este recurso constituye:
I. UN D______
II. UN S______
III. UN G______
Conclusión.
Desde que Cristo nos salvó, hemos sido llamados a crecer. Es una tarea larga y no fácil, no obstante estamos más que equipados para emprenderla: Tenemos con nosotros la inigualable ayuda del Espíritu Santo. Con su presencia siempre silenciosa, pero al mismo tiempo todopoderosa, esta santa persona de la Trinidad, nos guía, nos consuela, nos protege, en fin, nos ayuda de muchas maneras. En esta oportunidad, hemos visto como él constituye el Santo Sello que nos distingue y con el cual somos guardados, y como es él quien nos entrega todo lo que necesitamos saber para alcanzar la madurez espiritual, mediante el libro que escribió para nosotros, La Biblia.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios,…” —2ª Timoteo 3:16a