Mi tarea diaria: crecer

Cita Bíblica: Efesios 4:11-16

Introducción.

El domingo pasado considerábamos el vital llamado que ha sido dado a la Iglesia. Este es el llamado a beber del agua de la vida: “…el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” (Ap. 22:17). Estamos hablando de recibir a Cristo como Salvador, pero ¿es eso todo? ¿Ahora qué? En realidad el Señor nos envió no solo a ofrecer el agua de la vida sino que, juntamente con ello, nos envió a discipular a cada persona que bebiera del agua vital.

Cada convertido, cada renacido, comienza un camino de crecimiento que no terminará en esta vida.

El crecer es un deber, y una responsabilidad compartida. Por una parte es responsabilidad de cada convertido el mantenerse en continuo crecimiento, y por otra parte, la Iglesia es llamada a participar en ese desarrollo individual.

Con crecimiento cristiano entendemos el desarrollo permanente que debe experimentar cada renacido, el cual lo va transformando, día a día, en una persona más parecida a Cristo. Este crecimiento involucra aspectos como: el conocimiento; la fe, el servicio, el discernimiento, la renovación de la mente, la santidad, el equilibrio, el sometimiento a la voluntad divina, la capacidad de sacrificio, la aplicación de la fe a todos los aspectos de la vida, etc.

En esta oportunidad quiero invitarles a reconocer sólo tres de las variables de las cuales depende el crecimiento individual. Son tres variables que asociamos a las oraciones del apóstol Pablo por los miembros de las iglesias locales.

I. CRECIENDO EN CONOCIMIENTO Colosenses 1:10
II. CRECIENDO EN FE 2ª Tesalonicenses 1:3
III. CRECIENDO EN SERVICIO 1ª Corintios 15:58

Conclusión.

El crecimiento constante muestra vida y buena salud. Por otra parte, un cristiano que ha detenido su crecimiento, acusa problemas que serán mayores, mientras más tiempo dure la inactividad.

La interrupción del crecimiento se demostrará por: desinterés en los asuntos que conciernen a la Iglesia, luchas internas, frialdad espiritual, falta de amor por sus hermanos, y más aun, por aquellos que debería estar evangelizando, alejamiento físico de la iglesia y de los hermanos, aparición de conflictos mentales, aceptación de dogmas que satisfacen a las emociones, etc.

Por otra parte, el crecimiento se hará evidente por un interés creciente en el estudio de la Palabra, por el amor hacia los hermanos, la iglesia, por preocupación por las almas que se pierden. Veremos, en una persona que crece: paz, gozo, un saludable sentido del humor, celo cristiano, lenguaje santo, constancia, etc.

¿En qué etapa de tu vida estás? ¿Estás creciendo? ¿Qué te falta? ¿Por qué te detuviste?

«…hasta que Cristo sea formado en vosotros,» —Gálatas 4:19b

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

12 de febrero de 2017

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