42 AÑOS
1982 – 2024
Queridos Hermanos y copartícipes de las grandes esperanzas en Cristo:
En estos 42 años de existencia como iglesia local, el Señor, junto con bendecir su obra, nos ha permitido ver un gran número de acontecimientos que nos sorprenden y motivan a velar en oración. Especialmente en los últimos años hemos sido testigos de una multitud de hechos que, sin forzar las Escrituras ni el acontecer del día a día, podemos asociar al cuadro profético descrito por la Biblia para los últimos tiempos.
Estamos experimentando un período que me atrevería a llamar de transición, en el cual vemos una gran cantidad de hechos profetizados y asociados al retorno del Señor. Es un período en el que se está poniendo a prueba la firmeza y fe de los componentes de la Iglesia ante una sociedad que desafía groseramente a Dios y su santidad. Formamos parte de una iglesia que es testigo de la apostasía mundial y, con ello, de la decadencia espiritual de muchas organizaciones y congregaciones que antes fueron conocidas como cristianas. Somos testigos del nacimiento y asociación de naciones que figuran como activos actores de los últimos tiempos. Sufrimos viendo diariamente la negación de los principios y de las instituciones más básicas que Dios ha formado: el derecho a la vida, la libertad de adorar a Dios conforme a sus normas, el matrimonio y la familia.
De esta manera, la pequeña manada vive su fe presionada por un sistema que la cataloga (invirtiendo los valores) como un «ente antisocial» por predicar de los principios eternos revelados y establecidos por Dios en su Palabra.
Amados hermanos, una vez más les exhorto a seguir en pie con la vista puesta en la Biblia y en su autor, cuidando de la fe y principios una vez dados a los santos, mientras esperamos nuestra traslación a la patria celestial, la patria eterna de donde vendrá nuestro salvador y señor a rescatarnos de este mundo malvado y hostil.
Recordemos cada día aquellas palabras de consuelo y esperanza:
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Apocalipsis 22: 12
Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
1ª Timoteo 3: 14-16.
Introducción
Pablo, instruyendo a Timoteo, se refiere a la iglesia con cuatro términos muy didácticos: casa, iglesia, columna y baluarte. Literalmente decía que la iglesia local era: «la casa de Dios», «la iglesia del Dios viviente» y «columna y baluarte de la verdad».
Consideremos hoy, brevemente, a la iglesia local bajo estas cuatro significativas figuras, buscando en ellas dirección para saber cómo debemos conducirnos.
- La casa de Dios.
- La iglesia del Dios viviente.
- Columna y baluarte de la verdad.
- Columna de la verdad.
- Baluarte de la verdad.
Conclusión
Notamos que el Señor está preocupado de la administración y comportamiento de las iglesias locales, sin importar cuánto cambien los tiempos. Nos muestra la importancia de mantener vivas ciertas directrices que deben permanecer inmutables hasta que él regrese.
Parafraseando lo dicho por Pablo: «para que si tardo, sepas cómo administrar en la casa del Señor, la que está compuesta nada menos que por el conjunto de los llamados por Dios para que le rindan culto y, al mismo tiempo, formarlos y hacerlos crecer en viva relación con su Salvador. Este organismo debe ser, mientras esté en el mundo, columna que sostenga y anuncie la verdad y haga todo lo que debe para que esa verdad no sea corrompida por nada».
Que así sea con la Iglesia Bíblica Las Condes y todas las iglesias bíblicas, estén donde estén, hasta que el Señor venga.
para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
1ª Timoteo 3: 15