Cita Bíblica: Lucas 12:22-31
Introducción: Un año ha concluido y las puertas de uno nuevo, se han abierto, invitándonos a continuar con nuestro peregrinaje, administrando cada uno de sus días. Como cuidadosos hijos del Altísimo y embajadores del Rey de reyes, pienso que es sabio echar una mirada retrospectiva a la senda por la que marchamos, buscando enseñanzas para la próxima jornada. Si realizamos la tarea propuesta, quizás podremos reconocer que gran parte del tiempo se nos fue en afanes relacionados con la subsistencia. La tendencia normal del ser humano es subsistir, y en este afán se ve tan envuelto que llega a considerar que el todo del hombre es vivir para comer y vestir y guarecerse seguro. Además, debemos reconocer que hoy en día, no solo hablamos de subsistir, sino que de satisfacer un conjunto de necesidades artificialmente creadas, como la obsesión por estar siempre comunicados, jugar y desgastarse por tener lo que tiene el vecino.
El Señor Jesús viene en nuestra ayuda y nos entrega una escala de valores, que hoy está prácticamente extinguida en nuestra sociedad, para hacerlo, él alude a tres motivos de afán y su correspondiente preocupación.
I- EL AFÁN POR COMER
A) La vida es más que comer: Lucas 12:23,24
B) La vida no depende de la voluntad humana: Lucas 12: 25,26
C) La vida es don de Dios: Lucas 12:24-26
II- EL AFAN POR EL CUERPO
A) El cuerpo no es solo para vestirlo: Lucas 12:23,24
B) el cuerpo puede ser vestido porque Dios provee: Lucas 12:27,28
C) El cuerpo es para honrar a Dios: Lucas 12:30,31
III- EL AFAN POR EL REINO DE DIOS
A) Debe ocupar la primera prioridad: Lucas 12:31
Conclusión: ¿Cuántos motivos de preocupación se acumulan, hoy mismo, sobre ti? ¿Cuántos de ellos son el producto de seguir la corriente de este mundo?
El Señor Jesús nos ubica en el panorama de la vida, al colocar nuestras necesidades en su verdadero lugar. Está bien procurar el diario alimento, es correcto vestir adecuadamente el cuerpo y procurar habitar en una casa segura y confortable. Sin embargo, esto debe hacerse de tal modo que nada se transforme en afán y ansiedad, y, por sobre todo, que nada de ello tome el lugar que le pertenece solo y exclusivamente al Señor de señores.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6,7