Muy apreciados hermanos:
Como bien sabemos, a partir del miércoles comenzamos a caminar por el mes de marzo y con ello la Capital volverá a su ritmo «normal», pero también abrumador. Oremos por sabiduría, dirección, amparo y presencia de ánimo para enfrentar todo aquello que hoy miramos con cierto temor y apatía para sobrellevarlo con la certeza de que el Señor se encuentra con nosotros y siempre contaremos con su amor y poder; y, si el temor asalta o el ánimo se desmorona, recordemos las palabras del Señor cuando estimula a su pueblo:
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:10
También oremos para que, juntos como iglesia, demos vida a un programa acorde a los tiempos que vivimos y que sea efectivo para el desarrollo, buena salud y expansión de nuestra congregación.
El Señor les bendiga al retomar las actividades diarias y que todas las experiencias que les aguardan en este nuevo año constituyan estímulos para el crecimiento personal y el servicio al Señor.
Lectura bíblica
1ª Pedro 4: 12-16.
Introducción
Al iluminar la historia de la humanidad con la luz de Las Sagradas Escrituras, se esclarece el cómo el mundo se ha mantenido bajo ofensivas espirituales a las que se asocian grandes conspiraciones. Por una parte, se aprecia la porfiada y constante conspiración del «maligno» y, por otra, el control y la omnipotencia del Señor guiando a las personas y acontecimientos para que los objetivos originales no sean corrompidos.
En nuestra reflexión pasada, tomamos algunos ejemplos de conspiraciones a partir del nacimiento del Señor Jesús que tuvieron como fin el evitar que realizara su ministerio. Luego, consideramos las muchas formas que tomó la conspiración para dañar a la iglesia en sus comienzos y concluimos recordando algunos de los muchos intentos para desanimar a la iglesia, mucho después de sus inicios. Destacamos que el objetivo del gran conspirador ha sido, desde que se fundó la Iglesia, el hacerla fracasar para que no alcance las metas que tiene asignadas, las que podemos resumir en: formar una congregación santa, conocida como el cuerpo de Cristo y, por medio de ella, glorificar a Dios mientras proclama el mensaje de Redención a toda criatura.
En la conclusión decíamos que no fuimos llamados a fundar el cielo en la tierra, sino llamados a ser testigos del Señor y predicar un mensaje glorioso de salvación y libertad espiritual, lo cual no ha logrado ser detenido ni con las más sofisticadas estrategias concebidas.
El próximo punto que consideraremos será sobre cómo la conspiración también ha actuado dañando las iglesias locales por medio de la infiltración.
- Conspiraciones del presente
- Persecución cruenta de los creyentes (domingo pasado).
- Infiltración.
- El regreso de la agresión imperial.
Conclusión
Si nos descuidamos, la infiltración de ideas, de sentimientos, de insatisfacciones y de motivaciones equivocadas, serán una triste realidad en nuestras propias vidas. Por lo anterior, debemos evitar contaminarnos para no entristecer al Espíritu Santo, pues si lo hacemos, nuestro discernimiento será gravemente afectado y todo nuestro sistema defensivo fallará, dejando entrar a los contaminantes para que hagan su daño desde el interior.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Efesios 4: 30
Examinadlo todo; retened lo bueno.
1a Tesalonicenses 5: 21