Cita Bíblica: Daniel 2:36-45
Introducción: Los salmos invitan a cantar sobre un reino en el que florecerá la justicia y la paz. Un reino, sobre esta tierra, con un trono poderoso y estable, pues en él se sentará el Señor de Señores. Por lo anterior, se trata de un trono admirable y eterno, el cual descansará en Sion. Es un reino que regirá sobre todos los reinos, tornándose en un imperio de alcance nunca antes conocido. Es un reino cuyo rey conoce el número de los cabellos de cada uno de sus súbditos, un reino que impedirá toda injusticia y rebelión a la verdad.
Este reino es el Reino Mesiánico, el cual, por su duración, es conocido también como el Reino Milenial. Por su posición histórica, respecto a los imperios que han sido a partir del Babilónico, se le podría llamar también, el Sexto Reino.
En las Escrituras encontramos gran cantidad de información sobre este Imperio glorioso, justo e inquebrantable, al punto de poder decir que se trata de uno de los principales temas abordados en las Escrituras. Les invito a abrir la puerta hacia el reino más esplendoroso jamás visto.
I. Diferenciando: Reino Milenial y Reino Eterno
II. Un reino anunciado muchas veces y de muchas maneras
III. Un reino que da cuenta de varios pactos mayores
IV. Un reino con un gobierno universal
V- Acontecimientos que anteceden al Reino
VI. Conclusión del Reino
Conclusión: Se acerca el advenimiento de un reino en el que el Señor Jesucristo será entronizado en la tierra, con lo cual se dará cumplimiento a la total realización de Israel como nación, bajo la soberanía del reinado davídico en su forma más completa y sublime.
Durante este reino, se probará al hombre bajo las condiciones ideales, superiores a las que siempre ha soñado, demostrándose en forma absoluta que para obtener un efectivo cambio en el corazón, no basta con un gobierno perfecto que establezca una sociedad perfecta. Definitivamente el hombre, más que una reforma, por radical que esta sea, lo que requiere es nacer otra vez, tal como lo sentenció Cristo a Nicodemo.
El Reino Mesiánico es una demostración más de que el Señor cumple sus promesas, a pesar de que todo atente contra ellas, y nos parezcan demasiado sublimes para ser ciertas. Sí, Dios cumple literalmente sus promesas, para juicio y para bendición. ¡Qué gran descanso hay en ello!