Muy apreciados hermanos en el Señor Jesucristo:
Junto con iniciar un nuevo año calendario, pido al Señor que les otorgue grandes alegrías, paz interna y, sobre todo, muchas de aquellas realizaciones que solo Dios puede darnos, pues se relacionan con sus propósitos para nuestra vida y, con ello, nuestra auténtica razón de existir.
Amados hermanos, es notorio que en la medida que avanzamos por el desfiladero del siglo XXI se hace más y más importante la necesidad de velar y orar. La sociedad se encuentra sumida en total incertidumbre: las preguntas: ¿qué sucederá mañana?, ¿qué es verdad y qué no lo es?, ¿qué sentido tiene mi vida? Son hechas cada vez por más personas. Por otra parte, la obstinación a distanciarse de Dios, Su Palabra y Su voluntad, se hace cada día más notoria. Por último, la relajación y confusión al interior de numerosas iglesias locales cristianas es también muy preocupante; cada día vemos como acrecienta la tendencia a abrirse más y más al relativismo y buscar menos la santidad y la pureza doctrinal, aludiendo a que el servicio y el amor son lo primordial; olvidándose de la justicia, la santidad, la verdad, el Evangelio de salvación y, en última instancia, de la persona misma del Señor Jesucristo.
Sigamos avanzando, manteniéndonos siempre alertas, pues el adversario acrecienta su control sobre el mundo y está haciendo estragos en los cristianos tibios. La advertencia es clara:
Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
1ª Tesalonicenses 5: 6
Lectura bíblica
Génesis 35: 1-7.
Introducción
Al presentarse un nuevo año, se nos presenta la hermosa oportunidad de afrontarlo con expectativas y propósitos renovados. Es un buen momento para decir: «A partir de hoy, mis pasos se encaminarán a perfeccionar mi relación con el Señor, buscando agradarle y cumplir con los propósitos que Él tiene para mí».
Con estos propósitos en mente, les invito a reflexionar en las medidas que el patriarca Jacob tomó cuando Dios le llamó para tener un encuentro especial con él. Creo que es un episodio apropiado, pues sabemos que el Señor también nos está llamando para estrechar relaciones, lo cual implica una exhortación a eliminar nuestros ídolos; las cosas que nos contaminan y que, por lo tanto, impiden tener una mayor comunión con Él.
Cuando Dios le dice a Jacob:
Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
Génesis 35: 1b
Jacob, entiende lo que significa esta orden, este reencuentro con el Señor, y decide preparar a su familia y sirvientes para el solemne momento; la Biblia dice:
Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.
Génesis 35: 2
Tenemos entonces que para que Jacob y su casa se acercaran a Dios debían:
- Eliminar los dioses ajenos.
- Una familia contaminada.
- Limpieza familiar.
- Limpieza parcial.
- Eliminar todo tipo de suciedad.
- Externa.
- Interna.
- El triste retorno a la basura.
- Eliminar las vestimentas contaminadas.
- Resultados de la purificación.
Conclusión
El Señor nos está llamando a tener un encuentro más cercano, más íntimo con Él. Sigamos el ejemplo de Jacob y preparémonos, no sólo para tener un encuentro que sea cercano, sino que también, dure para siempre. Aprendamos, conjuntamente, lo que no se debe hacer, no escondamos nuestras tendencias, vicios y pecados para volver a tomarlos. Seamos radicales, terminemos, con la ayuda del Espíritu Santo, para siempre con ellos, para así vivir una vida en libertad y para la gloria de Dios.
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
1a Corintios 5: 7