Muy apreciados hermanos en Cristo Jesús:
Nunca permitamos que sobre nuestras Biblias se acumule el polvo, pues indica que estamos desvinculándonos de nuestra fuente de verdad, equilibrio, fuerza y salud, con los resultados que con tanta tristeza vemos en la vida de algunos cristianos: crisis de fe, relativización de la Palabra santa, desánimo, dudas y caos en la familia. Por ello, no nos cansemos de abrir sus amadas páginas para que, junto a la paz y gozo que nos infunde, corrija diariamente el rumbo de nuestro timón.
Junto a un gran abrazo, dejo con ustedes las palabras del apóstol Pablo:
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Efesios 6: 10
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
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Cita bíblica
Salmos 8.
Introducción
Hemos estado reflexionando sobre algunos aspectos fundamentales respecto al lugar que ocupa el hombre en la Creación; fue así como consideramos su muy especial creación; el hecho de poseer cuerpo, alma y espíritu y el profundo significado de que es hecho a imagen y semejanza de Dios. Concluimos la primera parte, introduciendo el tema de su posición en la Creación, considerando que todo fue entregado en sus manos invistiéndolo con la autoridad de sojuzgar y enseñorear sobre toda criatura. Les invito a retomar nuestra reflexión a partir de este punto.
- Una posición de autoridad y responsabilidad.
- El animal: un subordinado de la creación.
- Los animales como fuente de alimentación.
- La Creación sujeta a las decisiones del hombre.
- La Creación cayó producto del pecado del hombre.
- El medio de redención.
- La redención manifestada.
Conclusión
Sí, el hombre no es un animal, es una criatura única y especialmente amada por Dios a la que se le asignó una elevada posición en la Creación y, con ello, una gran responsabilidad respecto a su entorno natural. La entrada del pecado dañó irremediablemente al hombre y también a la naturaleza, introduciendo a la muerte, el miedo y la confusión. Debido a lo dicho, el hombre ha ido cediendo su rol en la Creación, lo cual es aprovechado sagazmente por Satanás para denigrarlo, rebajándolo al nivel de los animales y aún más abajo.
Es nuestro deber, aunque sea impopular, mantener viva la verdad sobre el hombre, su particular creación y su rol en el mundo, así como procurar la sabiduría divina para seguir ejerciendo nuestro señorío de la mejor manera posible.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies:
Salmos 8: 6