Cita Bíblica: Josué 24:14-24
Introducción:
El mes de octubre nos hace pensar en situaciones que ponen al cristiano ante disyuntivas radicales. Es un mes que nos recuerda profundos contrastes, grandes luchas entre la luz y las tinieblas, y conmovedoras y valientes decisiones.
Fue un 31 de octubre de 1517, el día memorable en que Martín Lutero planteó sus 95 tesis, clavándolas en la puerta de la iglesia de Wittenberg, dando con ello, el inicio de una gran reforma y grandes problemas para él.
También, en octubre, el día 6 del año 1536, el gran William Tyndale fue estrangulado y quemado en público, por su fe depositada en la Biblia, y por su arduo trabajo de traducción y distribución de las Escrituras.
Fue un 11 de octubre de 1531, que el gran reformador suizo, Ulrico Swinglio, muere en una sangrienta batalla, defendiendo la fe bíblica y la libertad de profesarla.
Fue un 16 de octubre de 1555, que Hug Latimer y Nicolas Ridley, fueron quemados en una infame hoguera en Oxford, debido a su fe y declaraciones bíblicas.
Todos ellos, junto a muchos más, en diferentes épocas, lugares y circunstancias, tuvieron la opción de escoger entre una vida cómoda y reconocida, y un futuro ingrato, que en muchos casos implicó la muerte, pero logrando que Dios recibiera gloria. Esa es la palabra central del mensaje de hoy: Escoger.
Les invito a meditar en un episodio muy conocido por la cristiandad, que hoy nos puede hablar con renovada fuerza y frescura sobre este asunto que nos preocupa hoy. Retrocedamos unos 1.370 años A.C.
El pueblo de Dios estaba reunido y Josué les insta a tomar una decisión radical:
«Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis;…» Josué 24:15
I-LAS ALTERNATIVAS (Josué 24:15)
A) servir a Jehová.
B) servir a otros dioses.
II- EL TIEMPO DE LA ELECCIÓN
III- LAS CONSECUENCIAS DE LA ELECCIÓN
IV- YO FRENTE A LA ELECCIÓN
Conclusión: Hoy soy yo quien debe tomar una decisión, el que debe realizar una elección. Si aún no he entregado mi vida en forma explícita y completa al Señor, entonces, éste es el asunto principal de mi elección: sujetar mi vida a Cristo o continuar sujetándola a otros dioses.
Si por otro lado, ya escogí la alternativa de entregar mi vida a Cristo, y con ello, servirle hoy y siempre; entonces, la elección está dada por la siguiente pregunta: ¿Cómo le serviré? ¿al estilo del cristianismo carnal y mundano, o conforme a la voluntad santa de Dios?
Servir al Dios vivo implica un camino, una filosofía, una ética, una doctrina, un comportamiento, y todos estos aspectos no son alternativos, pues Dios nos dejó un testamento con su voluntad claramente expresada. No puede existir un cristiano “a su manera”. Escogeos hoy a quién sirváis.