Cita Bíblica: Hebreos 10:1-22
Introducción.
“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.” (Hebreos 10:1)
Hay una gran diferencia entre lanzarse a una piscina y lanzarse sobre un espejismo. La primera te refrescará, en cambio, en el otro, no solo te golpearás, sino que además te dejará frustrado, no te refrescará ni producirá el placer que solo el agua fresca puede proporcionar. Lo mismo podemos decir sobre la diferencia entre pasar la sombra de un rico pastel por la boca y colocar el pastel, efectivamente, en la boca. Esto es lo que plantea el autor de la carta a los Hebreos en el capítulo 10, al contrastar la Ley con la Gracia, o, al ritual Mosaico con la Obra de Cristo. Lo anterior nos lleva a decir que la relación entre la Ley y la Gracia, es parecida a la correspondencia que hay entre el pastel y su sombra, o entre un remedio y una foto del mismo.
La dispensación de la ley nos llenó de sombras, de imágenes, algunas muy vívidas, pero, al fin, solo imágenes de las cosas que la dispensación de la gracia nos trajo realmente, concretamente. La Ley nos mostraba un cordero y luego un sacrificio de ese cordero. La Gracia nos trajo a Cristo y su sacrificio efectivo en la Cruz.
- UNA OFRENDA PERFECTA
- La sombra de la ofrenda perfecta.
- El objeto de la sombra.
- UN SACRIFICIO PERFECTO
- La sombra del sacrificio perfecto.
- El objeto del sacrificio.
- UNA SALVACIÓN PERFECTA
- La sombra de la salvación perfecta.
- La salvación hecha realidad.
Conclusión.
La salvación ofrecida por Cristo es una obra realizada en virtud de una ofrenda perfecta y un sacrificio perfecto, hecho en lugar del ser humano. Ayer fue anunciada por medio de dramáticas figuras, hoy, es una realidad al alcance de todo ser humano.
¿Qué prefieres tú, la sombra de tu sueldo o los billetes reales puestos en tu mano? La obra de Cristo no fue simbólica, sino efectiva y tan vigente, que la puedes hacer tuya hoy, en este instante. “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” (2a Corintios 6:2b)