Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
1ª Corintios 9: 25
Pasaje bíblico: 1ª Corintios 9: 24-27
Introducción
En estos días en que un gran número de equipos compiten por alcanzar los mejores puestos en el torneo mundial de fútbol, resulta difícil no considerar las muchas alusiones al deporte y al deportista que aparecen en la Biblia. El apóstol Pablo era un gran conocedor de los deportes y de los juegos olímpicos. Recordemos que éstos, vienen del siglo VIII A.C., por lo que, para el tiempo en que vivió el Apóstol, ya eran antiquísimos y muy conocidos por todo el mundo civilizado. Pablo, en varias oportunidades realiza comparaciones entre el andar cristiano y el actuar del deportista profesional. A partir de ello nos entrega una serie de consejos prácticos para nuestro desarrollo espiritual.
Al revisar estos consejos, podemos comenzar con el postulado que nos invita a luchar en forma legítima.
Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
2ª Timoteo 2:5
Lo primero que hay que tener en claro, es que no hay atajos en esta carrera, no hay autorización para usar “herraduras” en los guantes de box, ni usar sustancias estimulantes que potencien el rendimiento del cuerpo. Esta carrera debe hacerse, sin engaños. Todos los cristianos estamos llamados a participar, con tal que lo hagamos en forma legítima y santa.
Competencia legítima implica:
- Poseer los recursos legítimos
- Usar los recursos
- Practicar la abstinencia sacrificial
- Tener la motivación legítima
- El mirar la meta correcta
- Anhelear el trofeo imperecedero
Conclusión
Entonces, ¿cómo estamos? ¿Vives cada día manteniendo los ojos puestos en la meta que Dios ha puesto delante de ti?
Participar en la carrera cristiana constituye un desafío emocionante, exigente y diario. Lo importante es que con nosotros están todos los elementos que nos darán la victoria: El Espíritu Santo, La Palabra de Dios, el poder proveniente de la Obra ya hecha por Cristo en la Cruz y la obra de permanente intercesión que hoy realiza desde los Cielos. ¿Qué te falta entonces para reanudar tu carrera? pues, nada más que te pongas de pie, regreses a la pista y continúes con nuevos bríos la competencia, en obediencia, entrega y fe.