Estimados Hermanos y compañeros de oración:
El apóstol Pablo consuela y motiva a los hermanos de Tesalónica con las siguientes palabras:
“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” (1ª Tes. 4:17, 18).
En realidad, el aliento entregado por Pablo, es múltiple: por una parte, con el “Arrebatamiento” volverían a ver a aquellos seres amados que ya habían partido a la presencia del Señor; pero además, los verían resucitados, y por otra parte, ellos mismos serían transformados. Pero, sin duda lo que más estimulaba a los hermanos era que, luego de aquel momento glorioso, llegarían a estar para “siempre con el Señor”.
La pregunta que me hago es: ¿Cuántos cristianos en el día de hoy, se alegran pensando en que el Señor ya viene por nosotros?
Ahondaremos un poco más en este tema en la reflexión de hoy.
Les saluda recordando las palabras de Pablo: “El Señor viene” (Maranatha) (1ªCo.16:22b)
Sergio Oschilewski M.
Pastor IBLC
Oración
Cánticos a elección
Se sugiere buscar apoyo en la serie de himnos y cánticos preparados en nuestra página WEB
Lectura de la Biblia
Colosenses 3:1-4
Reflexión: En pos de la corona de justicia
Jesús dijo a sus discípulos:
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3).
Una de las grandes esperanzas de la Iglesia es la inminente venida del Señor Jesucristo para llevarla consigo; momento glorioso y punto de partida para comenzar a recibir la rica herencia reservada para los renacidos.
Se hace notorio que entre los que la esperan, existen tres tipos de creyentes:
Creyentes A: Son aquellos que creen en su regreso por la Iglesia, pero no quieren que venga pronto; lo anterior se debe, fundamentalmente, a tres motivos:
1.-Porque esperan que se complete alguna realización en sus vidas: matrimonio, titulación, viaje, compra de algo muy deseado, etc.
2.-Porque temen a esa venida por las cuentas pendientes que tienen con el Señor, pecados no confesados. Ellos suelen amar tanto a este mundo y la vida que les ofrece, que les incomoda pensar en el cielo y sus características. Si se considera bien, veremos que se trata de un tipo de cristiano que obviamente no puede reflejar a Cristo en él.
3.-Un caso diferente y muy común, es el de aquellos que esperan la salvación de algún ser muy querido, por lo que temen la venida del Señor, pues se cerraría para ellos la posibilidad de salvación.
Creyentes B: Son aquellos que esperan al Señor y quieren que venga lo antes posible:
Al hablar con este grupo de hermanos descubrimos que también hay, al menos, tres tendencias, a saber:
1.-Los que anhelan que venga porque están muy apesadumbrados por sus problemas y quieren ser libres ya, de sus duras cargas, como: enfermedades, deudas, juicios, traiciones, estrecheces económicas o persecuciones.
Sin duda que sí, son buenos motivos para desear el pronto arrebatamiento, sin embargo, se echa de menos algo muy importante que luego veremos.
2.-Los que están tan asqueados con lo que ven a diario que sólo desean estar con el Señor, para concluir ya con el peregrinaje por este mundo sucio y pecador, dominado por Satanás y sus huestes. Nuevamente podemos decir: Sí, son buenos motivos para querer que el Señor venga pronto a buscarnos, pero, en este caso también falta algo más.
3.-Finalmente, tenemos a aquellos que quieren que Cristo venga porque le aman y quieren estar ya con él para siempre.
Pablo le escribe a Timoteo:
“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2ª Tim. 4:8.
Este es el mejor motivo para desear la venida del Señor. No es que las otras razones no sean aceptables, en realidad son muy atendibles; pero, lo ideal es que el amor por el Señor, sea la base y todas las otras motivaciones sean complementos, para los que deseamos la pronta venida del Señor.
Una cosa es anhelar el Arrebatamiento y con ello la redención final, y otra, es amar al Señor que nos arrebatará. La corona está guardada para “los que aman su venida”; no, para los que sólo esperan la venida.
Examinemos nuestra esperanza, nuestra motivación ¿cómo estoy esperando el gran momento en que el Señor me dirá: “Sube acá”? ¿Con temor, sin ganas, con pocas expectativas o, amando “su venida”, por cuanto: “así estaremos siempre con el Señor” (1ªTes.4:17a)?
Creo, que responder a esta pregunta con sinceridad es muy importante. Es posible que descubramos que tendremos que hacer algún ajuste en nuestra espera, con tal de que la pasión corresponda a la grandeza del evento inminente.
“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” (Col. 3:4).
Sergio O.M.
Oración
A continuación, le invito a orar por los siguientes motivos:
Adoración, Alabanza y Gratitud:
Gratitud por habernos dado el ser.
Una pregunta fundamental: ¿Por qué existo?
Existo solo por la voluntad de Dios, porque él lo quiso.
Dice Dios en las Escrituras:
“Y creó Dios al hombre a su imagen.” (Gén.1:27a).
Fue por su amor, por su gracia y su infinito poder que hemos llegado a ser.
Luego entendemos que, además, Dios nos concibió como seres: únicos, irrepetibles,
valiosos y con un alma y espíritu eternos que cuidar.
Gratitud por los recursos provistos.
Demos gracias por cuanto nada ha logrado detener el trabajo de la Iglesia. Ha resultado muy claro que cuando se quiere trabajar se puede, especialmente con todos los recursos que hoy el Señor ha puesto a nuestra disposición, para sobreponernos a los nuevos obstáculos que han aparecido.
Peticiones:
La próxima reunión de la Mesa Directiva.
Pedimos a la Congregación sus oraciones para trabajar con la sabiduría que viene de lo Alto y que todas las decisiones que sean tomadas se encuentren totalmente subordinadas a la voluntad del Señor.
Las próximas tareas que el Señor nos tiene preparadas.
Necesitamos pedir sabiduría y dirección para continuar desarrollando nuestro calendario de actividades, ahora un tanto modificado por las especiales circunstancias. Además, en un futuro no muy lejano habrá que tomar muchas decisiones, especialmente sobre la reanudación de las reuniones presenciales.
Por el retorno a las actividades normales.
Al principio de la cuarentena oramos con cierta insistencia por los trastornos que provocaban el encierro y el cambio tan radical en las rutinas diarias. Ahora, después de varios meses, estamos comenzando a vivir una situación inversa: el retorno a las actividades normales. Debemos estar conscientes de que esta situación también puede implicar profundos trastornos emocionales y nerviosos. Consideremos lo siguiente: retornar al trabajo presencial, no sólo implica aumentar el riesgo de ser contagiado, sino que también: el volver a lidiar con la locomoción, la calle, las esperas, los tacos y la delincuencia, además de cambiar un horario que se manejaba con mayor libertad. Si se es mamá, reestructurar el tema del cuidado de los niños, considerar el tema de la colación familiar y personal, etc. Para muchos, que han estado desde marzo recluidos en casa, con un nuevo sistema de vida ya establecido, este volver a retomar el trabajo presencial, puede resultar un tema de alto impacto el que puede desencadenar, muchísimos problemas emocionales y con ello, algunos trastornos nerviosos.
Es posible que todo esto esté muy lejos de su propia realidad, pero, le ruego que piense en todos sus hermanos que sí están, pasando por esta crisis. Oremos por nuestros hermanos que están en esta situación.
Oremos por el ministerio que realiza “Un Rincón de Alegría”.
Mantengamos en oración, tanto al ministerio como a su Directiva. Que el Señor les fortalezca en medio de la pandemia y la situación social; les guíe y fructifique su ministerio entre los niños y los apoderados
Por sabiduría, fortaleza y protección para aquellos que entregan el mensaje.
Los predicadores necesitamos del apoyo de oración de la congregación para realizar nuestra labor. Llama la atención como un hombre tan prominente en la fe y la palabra, como lo fuera el apóstol Pablo solicitaba a las congregaciones su importante apoyo en oración (Ef.6:18-20; Co.4:3, 4; 1ªTes.5:25).
Por nuestros hermanos fuera de Chile.
Manteniendo nuestro plan de intercesión por las iglesias hermanas que se encuentran más allá de nuestras fronteras, este jueves les invito a orar por todos aquellos hermanos en Cristo que viven y buscan la gloria de nuestro Señor desde Bolivia.
Peticiones en las cuales insistir:
Nuestro País.
Es nuestra tarea ineludible orar por las personas que están en eminencia, comenzando por aquellos que forman los tres poderes del estado: ejecutivo, legislativo y judicial; luego, por los secretarios de estado y consejeros, así como por los: intendentes, gobernadores, alcaldes, seremis, etc. Del mismo modo, debemos mantenernos en oración pidiendo fortaleza y protección para los cuerpos de orden y seguridad, así como por las fuerzas armadas de la nación.
Esta semana les propongo enfatizar la oración en el poder judicial, para que sus integrantes dobleguen sus corazones ante Dios, pidiendo su dirección y tomando conciencia de que, debido a su especial tarea en el mundo, también tendrán que dar especial cuenta ante el Juez de jueces.
Por salud.
Mantengamos en oración a nuestra Hna. Ylda, ella se encuentra delicada de salud y sometida a muchos exámenes. No dejemos de orar por nuestras Hnas. Icha y Luisa. Pidamos por el total restablecimiento de la salud de la Hna. María Francisca.
Mis motivos personales de oración:
Te agradezco Señor por ……………………………………………………
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza
alabadle, bendecid su nombre.”Salmo 100:4
Te animamos a cursar el nuevo estudio publicado en la sección CEB ya está disponible la segunda entrega del curso: GENTILES, JUDÍOS E IGLESIA