Pasaje bíblico: Lucas 8:26-39
Introducción
En este episodio tenemos un conjunto de ruegos manifestados al Señor Jesucristo que lo transforman en un episodio muy original, tanto por las peticiones como por las respuestas del Señor.
¿Cuántos ruegos llegan a los oídos de Dios cada día que pasa desde todos los confines de la tierra? Súplicas por salvación, peticiones por sanidad, ruegos llenos de amor y gratitud, ruegos desesperanzados, ruegos imprudentes…
El evangelista Lucas nos cuenta de una vez en la que el Señor Jesús visitó la tierra de los gadarenos. Rápidamente podemos apreciar que se trataba de un lugar muy especial, donde destaca la baja calidad ética de sus habitantes, esto lo podemos asociar al hecho de que los lugareños criaban cerdos, lo cual era una labor inmunda y prohibida para los judíos. En ese lugar, Jesús, junto con tener tres interesantes encuentros, recibió cinco ruegos que les invito a considerar a continuación:
I. EL RUEGO DE LOS DEMONIOS (Lucas 8:26-33)
-El ruego de criaturas ya destinadas al “abismo”.
II. EL RUEGO DEL MUNDO (Lucas 8:34-37)
-El ruego de los lugareños de aquella región.
-El ruego de muchos cristianos mundanos.
III. EL RUEGO DE UN HOMBRE REDIMIDO (Lucas 38, 39)
-El ruego del hombre que fue salvado por Jesús.
Conclusión
A modo de conclusión, permítame dejar con usted algunas preguntas para reflexionar durante la semana:
- Cuando toma una decisión ¿Qué lugar ocupa la opinión del Señor en esa resolución?
- Cuando se divierte ¿Puede estar presente el Señor y sentirse cómodo?
- Cuando cuenta un chiste ¿Lo podría hacer estando el Señor en el mismo círculo frente a usted?
- Cuando planifica ¿Con que sinceridad ora y busca el rostro y la voluntad del Señor?
- ¿Cuántas veces dejó a su Salvador y Señor fuera de su vida diaria durante el último mes?