Himnos
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Cita Bíblica: Éxodo 2:1-10
Introducción
Una madre es aquella mujer que no solo acuna y nutre en su vientre, por nueve meses, a una pequeña e indefensa criatura, sino que luego lo alimenta con leche, sopa y caricias; es aquella mujer que escucha y cura las heridas del alma y del cuerpo; es aquella mujer que defiende e intercede, pero también disciplina y esculpe en el alma y espíritu de aquel niño, los principios eternos.
En esta oportunidad, quiero invitarles a profundizar en esta última tarea mencionada: dar una adecuada formación al hijo que se encuentra bajo el amparo y tutela materna, aun cuando los tiempos sean tormentosos.
Con el fin de adentrarnos en este tema, les invito a considerar a una excepcional mujer llamada Jocabed, madre de Moisés, Aarón y María, quien nos heredó tremendas lecciones sobre cómo formar a un hijo en tiempos difíciles.
- Formar contra la corriente
- La formación foránea
- La formación que prevalece y salva
Conclusión
Madres, el tiempo que les dan a sus hijos es de un valor incalculable; las lecciones bíblicas que les comparten son de vital importancia; vuestra presencia de ánimo y acción ante las dificultades es formadora y saludable.
Siembren, siembren y siembren en los corazones y mentes de sus hijos, el mensaje eterno, porque sólo así formarán a un verdadero hombre o mujer, y a su debido tiempo cosecharán el reconocimiento que merecen. Charles Spurgeon decía: «No podré nunca deciros cuánto debo a las solemnes palabras y oraciones de mi buena madre.»
Madres, el Señor les ha puesto en un alto pedestal, con una majestuosa tarea; que nadie se atreva a bajarlas de ahí, que nadie disminuya el honor, la responsabilidad y la autoridad que Dios les ha dado.
En sus manos está lo que serán sus hijos mañana y, con ello, la sociedad de mañana y la iglesia de mañana.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba:
Proverbios 31:28