En esto conocemos la misericordia de Dios: en que Él nos amó antes de la fundación del mundo, aún sabiendo lo problemáticos y débiles que seríamos. Conocemos su misericordia en que nosotros habiendo pecado, aún podemos encontrar la redención por medio de Cristo, el autor y consumador de la fe.
Alegrémonos en que nos ha tocado vivir en el período de la gracia. En el tiempo que Su salvación es cercana y que llama a todos al arrepentimiento.
Oremos con gozo, puestos nuestros ojos en Jesús y pidamos todos los días por el reencuentro de las almas inconversas con su Creador, Salvador y dador de vida eterna.
La salvación es “por gracia mediante la fe” y también lo es la santificación. Busquemos día a día conocer más a Cristo, ver Su voluntad en todas nuestras desiciones y caminar en Sus enseñanzas.
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente
Tito 2:11-12
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra
2ª Corintios 9:8