Cita Bíblica: Génesis 6:8-13, 17, 18
Introducción.
Noé fue un misionero, que a diferencia del profeta Jonás que fue enviado a Nínive, o el profeta Habacuc que habló a Judá, tuvo la misión de testificar a toda criatura. Noé pregonó al mundo entero, tanto, antes como después del Diluvio, cuando él y las siete personas que le rodeaban, constituían toda la raza humana.
Por lo anterior, creo no equivocarme al decir, que Noé es el misioneros que más llegada ha tenido en la historia de las misiones y también el que ha predicado por más tiempo en lugares peligrosos sin haber tenido los resultados anhelados.
¡Qué gran ejemplo nos ha dejado Noé! El fue un hombre:
- JUSTO (Génesis 6:8, 9; 7:1; Hebreos 11:7)
- OBEDIENTE (Génesis 6:22; 7:5)
- PERSEVERANTE (Génesis 6:22; 8:18, 19)
- PREGONERO (2ª Pedro 2:5)
Conclusión.
Cuando Elías, viviendo también en un ambiente de paganismo y extrema violencia, se queja al Señor de que sólo había quedado él como fiel y temeroso de Jehová, el Señor le demuestra que estaba equivocado, pues, en realidad, aún quedaban siete mil fieles que no habían claudicado. Ahora, cuando vemos el caso de Noé, descubrimos que, aunque él no se queja, en realidad era el único justo que quedaba en el mundo, Noé estaba sólo contra el mundo.
¡Qué ejemplo de integridad, obediencia y perseverancia tenemos en Noé! Fue un hombre que nunca se “derrumbó” a pesar del cuadro desolador que le rodeaba y su solitaria posición. Tomemos el ejemplo de este gran hombre para enfrentar los tiempos que vivimos; notemos que, sin desmayar ni quejarse, el siguió hasta el fin pregonando y cumpliendo con su importantísimo ministerio.
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
Deuteronomio 31:6