Cita Bíblica: 2ª Samuel 20:14-22
Introducción.
Es muy difícil, en los tiempos que corren, hablar del rol de la mujer, de la esposa y de la madre; pues estos temas se han distorsionado mucho, y los espíritus se encuentran tan alterados, que hay veces que ni siquiera se pueden tratar con la real importancia que tienen.
Cuando el lector analiza la Biblia, descubre que en Ella, el tema que nos preocupa se encuentra muy desarrollado y posiblemente tenga varias sorpresas. Desde el principio, desde el Jardín del Edén, Dios mismo le entregó a la mujer, la dignidad que se merece; la puso a la par del varón; la creó a su imagen. Después de «la caída», hubo una serie de cambios que afectaron a la mujer, pero también al hombre…
Así y todo, la posición de la mujer en Las Escrituras es muy superior a la que tenía en las naciones paganas que rodeaban a Israel. Vemos, a lo largo de toda la historia bíblica, a mujeres notables, que el mismo Señor se encargó de poner en alto. Vemos que la Biblia resalta el rol de la mujer, siendo sus actividades muy variadas.
No confundamos nunca la posición que hoy tiene la mujer en las tierras de oriente y oriente medio, y por qué no decirlo, en algunos países occidentales también, con la posición que le entrega la Biblia, la cual es muy superior a lo que se ve en esos países, la cual no deriva en absoluto de la influencia del Antiguo Testamento, sino del contexto pagano que se vivió, y en muchos casos, aún se vive, en esas tierras.
En el día de hoy, consideraremos tres aspectos de una gran mujer del Antiguo Testamento, cuyo nombre no conocemos, no obstante, el Señor quiso dejarnos el impresionante relato de su persona, elevándola sobre muchos.
- SU VALENTÍA (para salir en defensa de la ciudad) para defender a los suyos.
- SU CONOCIMIENTO (de las leyes establecidas) para enseñar a los suyos.
- SU SABIDURÍA (para parlamentar) para guiar a sus hijos.
Conclusión.
Esta mujer que nos deja el Señor como testimonio, muestra una valentía enorme al enfrentarse a los ejércitos del rey; valerosamente asumió la compleja defensa de la ciudad, a pesar del asedio de Joab.
También vemos en ella un conocimiento acabado de las leyes de Dios y sus Mandamientos, lo que nos demuestra que tenía respeto y reverencia de las cosas que concernían a Jehová.
Pero lo que más llama la atención de ella, son las dos menciones que hace la Biblia de su sabiduría; fue esa sensatez la que le permitió convencer al enviado del rey y poner a salvo a la ciudad y a sus moradores.
Son tres cualidades muy importantes; hoy más que nunca, se necesita de mujeres valientes para defender a su familia e hijos, que están constantemente asediados, no tan solo por un ejército de hombres, sino por fuerzas mucho más poderosas aún. Para presentar defensa se necesita conocimiento de los Estatutos de Dios para poder enseñar a los suyos, y se necesita sabiduría, pues sin sabiduría divina es imposible guiar a nuestros hijos, y mantenerse firme.
Yo hago un llamado a todas las mujeres presentes aquí, a atreverse a cumplir con los roles que Dios les ha otorgado; roles que son sublimes; y entender que Dios mismo los ha diseñado para que los lleven adelante con su ayuda. Sean valientes para defender los principios divinos, a pesar de toda la presión de la sociedad.
No se olviden que detrás de esta sociedad hay un tremendo ejército esperando que abandonemos los principios de Dios, para que así sea muy fácil hacer caer a nuestras familias; no temamos a los hombres, temamos a Dios; no es la sociedad que nos asedia, sino uno más poderoso; pero mayor es el que está con nosotros.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Proverbios 31:30