Cita Bíblica: Gálatas 1:11-24
Introducción.
Todos los años reservamos un tiempo especial para meditar y confirmar la vocación misionera de nuestra iglesia. En esta oportunidad quiero que meditemos en la siguiente pregunta ¿Cómo una persona llega a convertirse en misionero transnacional?
De las Escrituras desprendemos que un misionero es una persona elegida, y luego, llamada por Dios para prepararse con el fin de estar capacitado para cuando llegue el momento de ser enviado a sembrar el Evangelio en tierras lejanas. He usado, a propósito, cuatro términos que tienen una gran importancia cuando se trata de un ministerio cristiano, y particularmente, en el caso que nos preocupa hoy, el servicio misionero. Los términos implicados son: elección, llamado, capacitación y envío. Por supuesto que, luego del envío, hay mucho más que decir, pero por hoy, serán suficientes las ideas mencionadas.
Les invito a seguir estos cuatro pasos por medio de la vida del misionero transnacional, más emblemático que conocemos, el magnífico apóstol Pablo. Respecto a él, la Biblia nos enseña que fue:
I. ELEGIDO (Gálatas 1:15)
II. LLAMADO (Gálatas 1:15, 16a)
III. CAPACITADO (Gálatas 1:11, 12; 17, 18)
IV. ENVIADO (Hechos 13:2, 3; 14:26)
Conclusión.
Yo no sé si alguno de nuestros niños o jóvenes, ha sido elegido para ser un misionero transnacional. La Iglesia debe darles la oportunidad de descubrir su llamado y vocación, y si lo hay, apoyarlo; pero jamás deberá manipularlos ni forzarlos a seguir la senda de las misiones, ni de ningún otro ministerio, al que solo Dios puede llamar.
Lo que sí puedo garantizar, es que todos hemos sido llamados a crecer, orar y compartir las Buenas Nuevas.
“Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.” —Marcos 3:13