Cita Bíblica: Jueces 2:6-15
Introducción.
Desde que Dios puso al hombre en la Tierra han pasado muchas generaciones; considerando sólo la travesía por el desierto desde la salida de Egipto, una generación completa quedó en ese desierto y no logró entrar a la tierra prometida por Dios. En la lectura de hoy se nombran dos generaciones: la que conquistó la Tierra, y la que vivió en lo heredado de sus padres.
A lo largo de la historia han pasado y pasarán muchas y variadas generaciones, con distintas inquietudes, distintas costumbres, distintas culturas; pero hay algo en común en todas ellas, una misma necesidad, aunque no lo piensen así, y esa es, la necesidad de Dios.
Como dijimos, en la porción leída, encontramos a dos generaciones muy distinta una de otra; aunque una desciende de la otra; curiosamente, hay muchas cosas que no comparten y su actuar es muy diferente. Hay una clave en esta lectura para entender la gran y abismal diferencia entre ellas. A continuación veamos en qué se diferenciaron estas dos generaciones, y qué las llevó a ser tan diferentes en conducta y destino.
I. DOS GENERACIONES
A. Conocedores de Dios.
B. Desconocedores de Dios.
II. DOS CONDUCTAS
III. DOS DESTINOS
Conclusión.
Hermanos, esta vez concluiré muy brevemente y haré una pregunta fundamental. ¿Permitiremos que se levante una generación que no conozca a Dios?, no me conteste a mí, contéstele al Señor.
Dios ya no levantará a un Otoniel o Gedeón, o una Débora, ni a un Barac, o Jefté, o a un Sansón, tampoco mandará a un Oseas, Amos, un Isaías, Daniel o Jeremías, por nombrar solo algunos jueces o profetas, ya su turno pasó y ellos ya hicieron su tarea.
Pero sí, Dios levantó una iglesia, y cada creyente fiel debe estar disponible para ejecutar la tarea encomendada. No somos un club social, tampoco seremos los más populares, es más, si quiere ser popular, no sea cristiano. Somos, lo que Dios, en su gran e infinita misericordia, escogió para proclamar Su Palabra, ¿Estamos dispuestos a hacerlo?