

Una madre, una hermana y una esposa que cumplieron
¡Un feliz día a todas las madres!
Las tareas asociadas al rol materno, rol que Dios ha establecido para toda mujer desde el momento en que concibe un nuevo ser en lo secreto de su vientre, no caducan ni cambian, encontrándose hoy, tan vigentes como cuando Dios las estableció.
Intercedamos por las madres jóvenes con tal que se mantengan firmes en su rol, como la Biblia lo establece, sin ceder a las presiones sociales que hoy intentan desvirtuar su divina tarea.
Oremos por las madres mayores para que sean honradas por sus hijos y por todos aquellos que las rodean, reconociendo su tarea pasada que, de alguna manera, no concluye nunca.
(…) gócese la que te dio a luz.
Proverbio 23: 25b
Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es este. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crio. Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
Éxodo 2: 1-10
Introducción
Muchos hombres, grandes y sencillos, desde ciudadanos comunes hasta estadistas y destacados predicadores que han movido a multitudes, han declarado la importancia que tuvieron sus madres en sus vidas. Una persona que bien pudiera dar testimonio de lo mismo, fue Moisés, un hombre caracterizado por: ser un poderoso profeta, destacado militar, tremendo estadista, juez, legista y sacerdote, del cual podríamos decir que fue el padre de la patria de la nación de Israel.
Pero, no solo su madre biológica intervino en la compleja formación del líder que fue Moisés, sino que al menos encontramos a cuatro mujeres interviniendo en la construcción de este hombre: su madre, su hermana, su madre egipcia y su esposa.
Se trata de cuatro mujeres que Dios usó para forjar y apoyar a Su siervo.
- Formación fundamental y espiritual.
- Apoyo primario y también posterior.
- Formación profesional, militar y práctica.
- Apoyo idóneo en el diario vivir.
Conclusión
Hemos considerado a cuatro mujeres que formaron y apoyaron al varón de Dios que fue Moisés.
Madres, formen a sus hijos como si en ellos vieran a futuros hombres como Moisés. El tiempo que les dan es de un valor incalculable; las lecciones bíblicas que les comparten son de vital importancia; vuestra presencia de ánimo y acción ante las dificultades es formadora y saludable.
Siembren todos los días, aprovechando cualquier circunstancia, en los corazones y mentes de vuestros hijos el mensaje eterno, porque a su debido tiempo cosecharán bienaventuranzas.
¡Cuántos millares de personas han sido bendecidas por hombres y mujeres gracias a la sabiduría y amor de sus madres!
Hasta hoy somos bendecidos por las acciones de Moisés, pues de ese pueblo que liberó de la muerte y la esclavitud, más adelante vino el Mesías, el libertador de la muerte y la esclavitud del alma.
Concluyo con las palabras de Pablo a Timoteo: «trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.» (2ª Timoteo 1: 5).