Solo basta mirar

Cita Bíblica: 3ª Juan 1-4

Introducción: La tercera epístola del apóstol Juan está dirigida a un hermano de nombre Gayo, un nombre bastante común en el primer siglo en el imperio Romano. El apóstol hace alusión a Él como si se tratase de un hijo; de donde podemos deducir que es un converso mediante el ministerio de Juan. En realidad, no sabemos si este hombre es el mismo que se nombra en otras partes, la Biblia no nos da claridad para poder llegar a una conclusión segura.

En esta breve carta, encontramos cuatro personajes: el autor de la carta y tres más. Entre esos tres, se destaca Gayo, persona a quien iba dirigida la carta. La epístola es tan corta, que podríamos predicar de la totalidad de ella en muy breve tiempo, pero cuando uno avanza en la carta, se da cuenta que, a pesar de su cortísima extensión, tiene grandes temas con referencia a la iglesia y a sus miembros.

En los cuatro primeros versículos que fueron leídos, encontramos grandes ejemplos de lo que debe ser un creyente y su relación con los otros. Rápidamente uno puede distinguir tres puntos que saltan a la vista de la relación de Juan con Gayo; el primero, es un punto característico de las cartas del Apóstol Juan y es el amor; nos deja ver el tremendo y sincero amor que sentía por su discípulo, y el que sentía su discípulo por él.

I. UN AMOR SINCERO
II. UN TESTIMONIO EFECTIVO
III. UN GOZO VERDADERO

Conclusión: Hermanos, no podemos saber con certeza quién fue este hombre, no sabemos si el nombrado aquí, es la misma persona mencionada en Hechos o la que aparece en Romanos, o la que está en Corintios, pero en pocas líneas, sabemos de su carácter cristiano, y tenemos certeza de que es un hermano digno de ser imitado.

Gayo fue una creyente que mostró amor hacia el apóstol Juan, amor hacia otros hermanos, incluso desconocidos, pero por sobre todo, mostró amor por Dios y su Salvador. Él nos presenta un testimonio de vida realmente efectivo, porque con su carácter nos revela en plenitud, que su vida, la vivió para Cristo y en Cristo.

El hermano Gayo es de los hermanos que producen gozo en otros; por su conducta, obediencia y crecimiento en la fe.

Solo quisiera terminar con un buen consejo que el apóstol le da a este creyente y por extensión a todos nosotros.

“Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.”

Predicador

Hermano Julio Salvador Álamo

Fecha

18 de enero de 2015

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