Dignos por Gracia

Cita Bíblica: 1ª Corintios 11:27-32

Introducción.

Las advertencias leídas en 1ª Corintio 11:27-32, pueden resultar extrañas, considerando que son dichas a personas que pertenecen a una iglesia fundada hace pocos años atrás; pero debemos considerar que la iglesia de Corinto, así como la de Éfeso y otras, estaban insertas en centros de paganismo.

Es fácil observar que, junto al desarrollo inicial de la Iglesia, también se desarrolló la levadura escondida en la masa pura, por lo cual, desde muy temprano vemos aparecer movimientos y tendencias poderosas al interior de algunas congregaciones.

Por ello, las prácticas tan sencillas como la Cena del Señor, rápidamente comenzaron a contaminarse con costumbres traídas de afuera, prácticas paganas, al punto que se les llega a decir: “No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.” (1ªCo.10:21). La falta de celo santo llevó a que la disciplina del Señor tuviera que ser muy severa.

Cuando leemos esta porción suele aparecer una preocupación muy íntima: ¿seré yo digno de participar de la Cena del Señor?

Hoy, a propósito de que pronto compartiremos la Cena, quiero invitarles a meditar en la dignidad del hombre y en particular, sobre la dignidad del cristiano.

I. LA DIGNIDAD DEL HOMBRE NATURAL
II. LA DIGNIDAD RESTAURADA
III. LA DIGNIDAD ALCANZADA

Conclusión.

El participar de la Cena del Señor es un gran privilegio que el Señor ganó para nosotros, cuidemos celosamente de no poner estorbos para que este honor no sea interrumpido.

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,” Ef. 4:1.

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

2 de julio de 2017

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