Bendición eterna

Cita Bíblica: 1ª Corintios 12:12-27; Salmo 133

Introducción.

El cuerpo humano es una máquina maravillosa, compleja y precisa; está compuesto de cabeza, tronco y extremidades, que a mi juicio, solo pudo ser creado por un Dios todopoderoso. Su funcionamiento es muy complejo, nada trabaja aisladamente, todo es parte de un conjunto de miembros y órganos que actúan en armonía. Por ejemplo, el corazón, las arterias, las venas y los capilares, están conectados y relacionados, formando el aparato circulatorio; otro, es el locomotor, formado por músculos, huesos, articulaciones, ligamentos y tendones; otro, el digestivo, formado, entre otros órganos, por la boca, la faringe, el estómago y los intestinos.

A su vez, los sistemas, aparatos y órganos de cada uno de nosotros están constituidos por millones de células, que son la base estructural del cuerpo, los huesos, los músculos, nervios, piel, sangre y todos los demás tejidos u órganos corporales están formados por diferentes tipos de células.

Luego, cada célula tiene una función específica y trabaja con otros tipos de células para realizar el enorme número de tareas necesarias para el mantenimiento de la vida.

Entonces, ¿por qué Pablo compara a la Iglesia con el cuerpo humano? Para tratar de entenderlo vamos a partir por la cabeza.

  1. LA CABEZA (CRISTO)
  2. EL TRONCO Y LAS EXTREMIDADES (LOS MIEMBROS DE LA CONGREGACIÓN)
  3. EN ARMONÍA

Conclusión.

Para empezar, dijimos que la cabeza de la Iglesia es Cristo, y que es perfecta, por lo cual si la Iglesia no está bien, no es problema de la cabeza, sino del cuerpo. Sabemos por Las Escrituras, que el cuerpo está conformado por los hijos de Dios; primero, como parte de la Iglesia Universal y luego de las iglesias locales. Llegamos a la conclusión de que si el cuerpo no se mueve, la cosa es grave; significa que Cristo no está presente. También dijimos que el cuerpo podía  moverse mejor o peor; pero para que el Señor mande bendición y vida eterna, debía moverse en armonía, y para lograrlo, es necesario que, primero, logremos armonía con el Padre. Para tratar de dejarlo más claro, quiero mostrarles un vídeo.

Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

1ª Corintios 12:27

Predicador

Diácono Juan Carlos Salvador Álamo

Fecha

14 de abril de 2019

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